viernes, 12 de agosto de 2011
SAN LORENZO MARTIR, SANTO PATRONO DE NAVARRO
San Lorenzo es patrono de Roma, Sri Lanka y de Huesca, además de los comediantes, bibliotecarios, estudiantes y cocineros.
Nació en Huesca, España, en el año 225, y murió a los 28 años de edad, en Roma.
Cuando Sixto fue nombrado Papa en 257, Lorenzo fue ordenado diácono, y encargado de administrar los bienes y tesoros de la Iglesia y el cuidado de los pobres. Por esta labor, es considerado uno de los primeros archivistas y tesoreros de la Iglesia, y es el patrón de los bibliotecarios y estudiantes.
Durante la persecución de los cristianos bajo la administración del Emperador Valeriano I en 258, muchos sacerdotes y obispos fueron condenados a muerte, mientras que los cristianos que pertenecían a la nobleza o al senado eran privados de sus bienes y enviados al exilio.
El Papa Sixto II fue una de las primeras víctimas de esta persecución, y fue crucificado el 6 de agosto. Según San Ambrosio de Milán, Lorenzo se encontró con Sixto en su camino a la crucifixión, y que le preguntó:
"¿A dónde vas, querido padre, sin tu hijo? ¿A dónde te apresuras, santo padre, sin tu diácono? A lo que el Papa respondió: "En tres días tú me seguirás".
Lorenzo viendo que el peligro llegaba, recogió todos los dineros y demás bienes que la Iglesia tenía en Roma y los repartió entre los pobres. Y vendió los cálices de oro, copones y candeleros valiosos, y el dinero lo dio a las gentes más necesitadas.
El alcande de Roma, que era un pagano muy amigo de conseguir dinero, llamó a Lorenzo y le dijo: "Me han dicho que los cristianos emplean cálices y patenas de oro en sus sacrificios, y que en sus celebraciones tienen candeleros muy valiosos. Vaya, recoja todos los tesoros de la Iglesia y me los trae, porque el emperador necesita dinero para costear una guerra que va a empezar".
Lorenzo le pidió que le diera tres días de plazo para reunir todos los tesoros de la Iglesia, y en esos días fue invitando a todos los pobres, lisiados, mendigos, huérfanos, viudas, ancianos, mutilados, ciegos y leprosos que él ayudaba con sus limosnas. Y al tercer día los hizo formar en filas, y mandó llamar al alcalde diciéndole: "Ya tengo reunidos todos los tesoros de la Iglesia. Le aseguro que son más valiosos que los que posee el emperador".
Llegó el alcalde muy contento pensando llenarse de oro y plata y al ver semejante colección de miseria y enfermedad se disgustó enormemente, pero Lorenzo le dijo: "¿porqué se disgusta? ¡Estos son los tesoros más apreciados de la Iglesia de Cristo!
El emperador condenó a San Lorenzo a ser flagelado y morir asado sobre una parrilla, en donde padeció su martirio.
Cuenta la leyenda que cuando estaba ya sufriendo el martirio tuvo la fuerza de bromear:
"Miren, por esta parte ya estoy cocinado. Pueden darme ya la vuelta". El verdugo mandó que lo den vuelta y así se quemó por completo.
Y con tranquilidad que nadie había imaginado rezó por la conversión de Roma y la difusión de la religión de Cristo en todo el mundo, y exhaló su último suspiro. Era el 10 de agosto de 258.-
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